Mensaje de Mayo 12 2023

Caminando sobre las aguas

Mensaje  de Mayo 12 2023 – Mensaje de Nuestro señor Jesus y la virgen María

Fue difícil para mí, mi hijo

 Nuestro Señor dice: “Mi querido hijo, no te preocupes por cómo difundirás los mensajes, porque yo te guiaré en mi amorosa misericordia.

Y mi Corazón se alegrará cuando me recibas, porque en ese momento estamos unidos a través del poder en la esperanza de mi Espíritu por la humanidad por mis hijos más necesitados. Y a través de la oración, puedes tocar la vida de muchos a través de mi Corazón unido a tu corazón, a través de mi Corazón latiendo dentro de ti, como un pulso que suena por todo el mundo dentro de los corazones de mis hijos necesitados.

Todo lo que debes hacer es recibirme y no tener miedo. No temas, porque yo estoy contigo. Sé que este camino es difícil. Fue difícil para mí, hijo mío. Pero he venido a consolarte y te consolaré en mi misericordia para darte amor a ti y a los corazones de todos aquellos, hijo mío, que desean buscarme a través de la fe en la adoración, a través de la fe en la oración y en la práctica de mi amor.

Sí, quédate quieto, y mi misericordia te consumirá”.

Si no cambia, la humanidad se destruirá a sí misma

 Jesús dice: “Sí, mi querido hijo, el mundo necesita amor. Si no cambia, la humanidad se destruirá a sí misma con el odio. La paz a la que llamo a mis hijos es eterna por la esperanza de mi amor.

Mi Corazón llora por esta guerra y por el fin de esta guerra, para que haya paz. Y la paz sólo viene a través del amor a Dios y de mi Espíritu de vida para la redención de toda la humanidad.

Mi querido hijo, déjame consumirte en mi amor en este momento. Déjame llevarte a nuevas alturas de amor más allá de tu naturaleza humana, a través del poder de mi Espíritu y en el poder de mi Espíritu. Realiza todas las cosas. Yo estoy contigo. Todo lo que debes hacer es continuar tomando mi mano y dejarme guiarte.

Sí, estoy contigo en mi amor y en mi misericordia por toda la humanidad. Alégrate en mi amor, hijo mío, y deja que te lleve adonde yo quiera. Reza, reza por la paz en todo el mundo y reza por el fin de esta guerra que no produce vida, sino que la destruye”.

Mi iglesia sufre y mi corazón se rompe

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 Tengo una visión de Jesús. Está colgado de la cruz, sufriendo con la cabeza atada hacia el cielo, yaciendo sin vida con la sangre brotando de su Corazón. Es nuestro Salvador de la Santa Cruz.

 ‘Oh amor eterno, ¿qué deseas? ¿Por qué apareces ahora de esta manera?’

 Nuestro redentor dice: “Mi querido hijo, he venido a traer vida a mi pueblo, la vida y la esperanza del Espíritu Santo en estos días eternos de Pentecostés en los que deseo que mi iglesia se una y no se divida.

Me duele ser testigo de las divisiones en mi iglesia cuando las almas pueden estar unidas en mi amor a través de seguir mi ejemplo, si tan solo siguieran mi ejemplo de verdad de acuerdo a las escrituras, ellos sabrían donde deben estar sus corazones y eso es solo en amor y perdón y la verdad eterna de mi palabra que puede guiarlos en todas las circunstancias, de acuerdo al poder del Espíritu Santo.

Hijo mío, mi Iglesia está sufriendo y mi Corazón se rompe. Reza por la unidad del cuerpo de mi Santa Iglesia. Y reza para que el amor cumpla todas las cosas en el reconocimiento de la nueva alianza entre el hombre y Dios, que es amor”.

Que tu corazón esté lleno de oración perpetua

 Tengo una visión de Nuestra Señora. Ella está levitando en el cielo nocturno con su mano derecha levantada al cielo y una piedra de zafiro azul, tan grande, suspendida dentro de su palma mientras reza con la mano abierta. Su figura, blanca como la nieve, es magnífica en la noche.

 Está levitando sobre la tierra y de la palma de su mano, que lleva la herida de la crucifixión de su Hijo, comienza a manar sangre, que derrama sobre la tierra por la paz y la esperanza de que toda la humanidad ame a Dios.

 Y ahora dice: “Mi querido hijo, regocíjate, regocíjate en Dios, tu Salvador. Que tu corazón se llene de oración perpetua para recibirme y para abrir cada día tu corazón al amor de mi Hijo.

Sí, quédate quieto en su misericordia. Deseo la paz. Sólo deseo amor para ellos. Mi corazón clama por la paz, porque Dios es esperanza en todas las cosas. Y la victoria de mi Hijo de la vida sobre todas las tinieblas vencerá siempre en el amor.

El amor nunca puede extinguirse porque es eterno y Dios sólo es amor para sus hijos”.

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