31 de julio de 2020 Padre abre mi corazón este día a la luz eterna de tu Espíritu. Nuestro Padre dice: “Querido hijo, ven a Mí, ven a mis brazos amorosos y déjame abrazarte.
No tengas miedo porque siempre estoy contigo y estoy presente para guiarte. Deja que la alegría de Mi misericordia llene tu corazón de paz, deja que el gozo de Mi misericordia llene tu corazón de amor.
Ven y deja que tu Padre te lleve este día en mis brazos de amor por toda la eternidad. Permíteme guiarte a través de la esperanza de Mi misericordia y de todas las cosas.
Te amo, te amo y siempre estaré contigo. Sí, deja que tu corazón sea libre. Permíteme ungirte en la alegría de mi amor.
Permíteme ungirte con la esperanza de Mi misericordia, mi querido hijo. Y todas las cosas se cumplirán en consecuencia. Sí, confía todo en Mí, confía todo en Mí